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Capitulo XXVII

Publicado por IsabelGM | 19:15 | | 0 comentarios »

Jacob entró en la habitación de la casa de Sue Clearwater, en la Push, donde todas mis damas de honor me prepararían para la boda. Sue por ser la única mujer dentro del consejo Quileute, era la encargada de transmitirme el legado y la instrucción para mi nueva vida de casada.
Habíamos planeado una ceremonia sencilla, queríamos respetar las tradiciones Quileutes, Alice nos dejó hacerlo con la condición de que ella se encargara de organizar la recepción. Sabíamos que discutir contra ella, sería mil veces peor que lo sucedido en la montaña. Así que la dejamos planear nuestra boda, con toda la ostentosidad que eso significaba.
- ¿Qué haces aquí? – regañé a Jacob cuando se asomó por la puerta –¿No sabes que es de mala suerte ver a la novia antes de la boda?
- En la tradición Quileute no, el novio debe permanecer cerca de la novia, convivir un tiempo antes de la ceremonia… para que sepas la clase de monstrito que te estas llevando –Y soltó una gran carcajada.
Me reí yo también – Tal parece que el monstrito te lo estas llevando tú - y pase delicadamente mi dedo por la cicatriz que sobresalía en su cuello. Cicatriz provocada por las garras de Bill.
Puso su dedo en mi barbilla e hizo que lo mirara a los ojos.
- Quiero que dejes de culparte – Dijo muy serio. Su mirada se relajo cuando añadió –¿Podrías hacerlo por mí? ¿Cómo regalo de bodas?
Sonreí de nuevo y lo bese con ternura, puse mi mano en su mejilla y le mostré que yo por él, podría hacer encantada cualquier cosa que me pidiera.
Luego aparté mi mano y me quedé pensando.
- Pero, en serio ¿qué estabas pensando Jacob? ¿Presentándote así? Tú sabías tan bien como yo de las características singulares de los Gemelos ¿No pensaste que podrían matarte sin dificultad? – Me estremecí con solo pensarlo.
- La verdad no pensé mucho… - bajo la cabeza, apenado – cuando me dijiste por teléfono que estabas saliendo con el chupasangre emo ese, los celos me trastornaron la razón. Salí corriendo de la casa, me transforme en los linderos del bosque y no paré de correr.
- ¿No pensaste en Billy?
- No pensé en nada Nessie. Fui una fiera literalmente de pies a cabeza. Fue una ventaja que justo antes de recibir tu llamada hubiera estado en casa de tu abuelito Charly, pidiéndole que se encargara de él un tiempo mientras yo iba a Hanover a ver que ocurría, porque te había sentido muy rara el día anterior.


Volví a bajar la cara apenada. Todo por mis escenitas adolescente. Escondí mi cabeza en su hombro. Y Jake rió de nuevo.
- La verdad era algo que debí haber esperado –continuó- No se por qué me dejé convencer por tus papás, de que debíamos ocultarte lo de la impronta.
- Si Jake ¿Qué estabas pensando? –reclamé.
- Exacto ¿Qué estaba pensado? Debía haber previsto que lo tomarías como una agresión personal –Y rió a carcajadas por un chiste que yo no había entendido.
Lo voltee a ver entre dudosa y enojada.
El sin parar de reír me aclaró.
- Nessie, habías sido la niña más consentida del planeta, no había nada que desearas, ya sea en la mente o en voz alta, que no se te proporcionara al instante. ¿Cómo no presentimos todos que te convertirías en una adolescente bastante caprichosa?
Abrí grandes los ojos, por la indignación, luego los entrecerré para echarle a Jacob una mirada furiosa. Pero el siguió riendo con ganas.
- No te enojes preciosa ¡Gracias al Cielo no pasó nada!
Casi, pensé y volví a mirar sus cicatrices.
- ¿Cuándo fue que les dijiste a Sam, Jared y Leah que te acompañaran?
- Yo no les dije, no –movió la cabeza de un lado a otro negando rápidamente- Sam y Jared se encontraban haciendo un patrullaje de rutina cuando vieron que me había transformado en lobo y corría furioso, decidieron seguirme. Nunca supe que iban detrás de mí, como no son parte de mí manada no podía escuchar sus pensamientos.
Leah sospecho que algo estaba mal, cuando Sam y Embry no regresaron a casa esa noche, y fue al bosque a buscar el motivo, descubrió mi cambió de fase y que ambos me habían seguido, se preocupó y, tan metiche como siempre, decidió seguir nuestro rastro –me reí nerviosamente ante su comentario, gracias a lo metiche de Leah, estábamos todos bien.

Sam Uley

- ¿Entonces cuando llegaste a la montaña no tenias idea que ellos iban detrás de ti? –Casi grité, por la sorpresa.
Asintió lentamente con la cabeza.
- ¿Ibas a atacar a los gemelos sabiendo que estabas solo? –los ojos casi se me salieron de sus cuencas. Y mi cuerpo se estremeció involuntariamente.
- Ya Nessie, ya todo eso pasó – Y comenzó a besarme con ternura.

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